En 2008 el ciudadano del Puerto de Santa María, Rafael Ricardi, fue puesto en libertad tras haber pasado casi 13 años de su vida en la cárcel por un delito de violación que no había cometido; pruebas científicas han demostrado su inocencia. En estos momentos, esta persona atraviesa grandes dificultades económicas a la espera de cobrar una indemnización por las graves consecuencias padecidas por una errónea e injusta condena.
Menuda suerte la de algunos!, que llevan años viviendo plácida y holgadamente con el dinero de todos, y sin conocer los efectos de la Justicia debido a la prescripción del delito de enriquecimiento ilícito.
En cuestiones judiciales la dilación de las decisiones puede tener resultados muy dispares, a unos los hunde y a otros les echa un cable.
