Desde los púlpitos del ultraliberalismo económico sus pastores nos advierten e indican que sólo hay un camino posible hacia la salvación: el del sacrificio y la sensatez. Como era de esperar, ya entrados en el siglo XXI han entendido que todo tiene un límite, que no es humano (inteligente, razonable y civilizado) continuar manteniendo y reforzando estructuras sociales diseñadas por la obsoleta arquitectura de la codicia, desigualdad e insolidaridad. Por ello, y con el ánimo de evitar equívocos y despejar cualquier duda al respecto, nada más eficaz y convincente que dar ejemplo, ser un referente, un reflejo transparente de coherencia y honestidad.
Así pues, los poderes económicos comenzarán a trabajar sin pausa para, en el plazo máximo de dos años, confeccionar, presentar y proponer una hoja de ruta consensuada con los líderes políticos de las grandes potencias mundiales, donde quedarán establecidas las pautas y acciones a emprender para configurar un mundo sin pobreza y grandes diferencias, es decir, que no siga al revés.
Si esto no es noticia en los medios de comunicación, ¿será una alucinación?
Si esto no es noticia en los medios de comunicación, ¿será una alucinación?