jueves, 13 de mayo de 2010

Gasto militar

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¿Cuántos artículos, reflexiones o dictámenes de expertos hemos tenido la oportunidad de escuchar y leer en los últimos dos años acerca de los orígenes, consecuencias o medidas para superar la actual crisis económica mundial? Y, entre las opiniones sobre cuáles fueron los principales nutrientes que la alimentaron o su repercusión e impacto social no existen grandes divergencias, en cambio, en el terreno de los diagnósticos es curioso observar que, aun habiendo estudiado la misma carrera o disciplina, las fórmulas que para unos profesionales son positivas y adecuadas, para otros son negativas y equivocadas; menos mal que en el campo de la medicina hay más consenso.
Se recomienda o exhorta a los Gobiernos y agentes sociales a tomar o acordar decisiones dirigidas a introducir recortes y reformas en el ámbito de las prestaciones públicas, del mercado laboral, de las pensiones o de las reglas del juego financiero, pero, y ¿por qué son prácticamente nulas las referencias al recorte de los recursos que los Estados destinan al gasto militar? ¿Es sinónimo de desarrollo disminuir los presupuestos en educación o sanidad y mantenerlos o aumentarlos en defensa?
Es sorprendente que se asimilen con tanta naturalidad los enormes gastos dirigidos a un sector cuya finalidad no es incrementar la calidad de vida de los ciudadanos.