miércoles, 26 de septiembre de 2018

Para pensárselo

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No fue satisfacción ni tranquilidad, sino todo lo contrario, pues es una noticia que genera incertidumbre y mal rollo en millones de propietarios de vehículos.  En días pasados, la prensa publicaba que, atendiendo a la reducción de las emisiones de partículas y gases contaminantes procedentes de los motores de combustión de los vehículos, desde el sector del automóvil se pide al gobierno que prohíba la circulación de los coches que superen los 12 años de antigüedad, una propuesta que alberga ciertas dudas al respecto.
Echando mano de un estudio encargado por el consorcio de fabricantes de acero para la industria automotriz (World Auto Steel), así como del historial de uso del coche a nivel personal, resulta que la sustitución del vehículo de gasolina en propiedad (con 13 años y 90.000 kilómetros) no sería una medida tan beneficiosa y eficiente como aparenta, pues se estima que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para la producción de las materias primas y la producción de otro automóvil de características parecidas rondan las 6,4 toneladas, una cantidad equivalente a las emisiones originadas por el recorrido efectuado a lo largo de casi  6 años.
Por otra parte, la diferencia entre las emisiones del coche nuevo  y el viejo (según datos técnicos facilitados por el fabricante) viene a ser de 29 gramos de CO2 por kilómetro, es decir, 2,6 toneladas menos de emisiones en 90.000 kilómetros frente a las 6,4 toneladas originadas para la fabricación. Desde la perspectiva del bolsillo del ciudadano, la respuesta es fácilmente adivinable, y desde el punto de vista medioambiental, ¿es una solución eficiente?