Diario Sur>Opinión>cartas del lector
Acabo de enterarme, y por lo visto con unos cuantos años de retraso, del requisito a cumplir a la hora de solicitar una reserva en determinados restaurantes, consistente en facilitar los datos de una tarjeta de crédito donde serán cargados los gastos establecidos en caso de no presentarse o incumplir las condiciones de cancelación anticipada.
Aun entendida como una medida de carácter disuasorio puesta en
práctica con el ánimo de frenar la desconsideración de quienes no acostumbran a
pensar en los intereses ajenos, así como de minimizar el impacto económico que
causa en las previsiones de los negocios, es sorprendente que las personas
serias y con dinero en metálico en la cartera se encuentren con la puerta de
las reservas cerrada por carecer de un trozo de plástico o tener la clara
intención de pagar la factura en efectivo.
Por otro lado, y ante los imprevistos de fuerza mayor que impidan
acudir al restaurante, ¿habrá que acabar contratando un seguro para ir a comer
o cenar?
Qué pérdida de valor parece tener la palabra en la sociedad de la
información y comunicación.