domingo, 22 de diciembre de 2013

Como las setas en otoño

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector

“Esto es la ley del embudo, con la parte ancha para  quienes tienen  mucho y la estrecha para los que  estamos apretados”,  es algo que escuché decir en días pasados a un señor jubilado que charlaba con un vecino o conocido mientras permanecían parados en la acera de una calle del barrio. Y, por lo visto, parece que esta idea prolifera y se manifiesta entre la ciudadanía como las setas en otoño, pues solo hay que contemplar la incredulidad y estupefacción reflejada por el mago Asín en la viñeta del 8 de noviembre,  incapaz de digerir el desajuste que presenta la balanza de la ética y la equidad, presa de la decepción ante un espectáculo de magia   que no comprende ni comparte: el de la sinrazón y el fraude social. Una situación que tampoco satisface ni entusiasma a la escritora Carme Riera,   quien declara anhelar una realidad global que no esté modelada por las gélidas manos de la desconsideración y la avidez material.