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Que uno vaya cumpliendo años es una cuestión irremediable que cada cual sobrelleva a su manera, unas personas se obsesionan tratando de combatir y ocultar sus huellas, otras tratan de llegar a una alianza amistosa con el paso del tiempo... Y, siendo el envejecimiento un proceso natural y consustancial al ser humano, cuesta entender que las sociedades más desarrolladas económica y técnicamente puedan penalizar o condenar a sus miembros por el mero hecho de alcanzar una edad determinada. Dado que la discriminación o exclusión por motivo de arrugas suele pasar desapercibida e, incluso, tolerada o desatendida, es gratificante conocer sentencias judiciales que respetan y reconocen el valor de la persona por encima de la pura ambición económica, como la que considera que la ex presentadora de la BBC, Miriam O’Reilly, sufrió un trato injusto al ser apartada del programa televisivo por cometer la osadía de poner 52 velas en su tarta de cumpleaños.
Que uno vaya cumpliendo años es una cuestión irremediable que cada cual sobrelleva a su manera, unas personas se obsesionan tratando de combatir y ocultar sus huellas, otras tratan de llegar a una alianza amistosa con el paso del tiempo... Y, siendo el envejecimiento un proceso natural y consustancial al ser humano, cuesta entender que las sociedades más desarrolladas económica y técnicamente puedan penalizar o condenar a sus miembros por el mero hecho de alcanzar una edad determinada. Dado que la discriminación o exclusión por motivo de arrugas suele pasar desapercibida e, incluso, tolerada o desatendida, es gratificante conocer sentencias judiciales que respetan y reconocen el valor de la persona por encima de la pura ambición económica, como la que considera que la ex presentadora de la BBC, Miriam O’Reilly, sufrió un trato injusto al ser apartada del programa televisivo por cometer la osadía de poner 52 velas en su tarta de cumpleaños.
