martes, 6 de abril de 2010

Las reglas del juego

La Voz de Asturias>Opinión>cartas del lector

Si no se albergan dudas ni discrepancias para atribuir la responsabilidad derivada de un accidente de tráfico ocasionado por un coche que se pasa el semáforo en rojo o circula en dirección contraria, independientemente de factores como pueden ser la marca del vehículo o la identidad de los conductores, por qué existen tantos matices a la hora de valorar cuestiones relacionadas con la corrupción política? Es más o menos condenable en función de la filiación o color de quién la practique?
Ante la utilización de los cargos públicos para el enriquecimiento personal no caben vacilaciones ni disculpas, pues tolerar o proteger a quienes meten la mano en la caja facilita la corrosión y el deterioro de la confianza de los ciudadanos en el sistema político que mejor nos ha ido: la democracia.
No es honesto ni pedagógico hacer trampa mientras se solicita al adversario que respete las reglas del juego.