lunes, 5 de abril de 2010

Sacrificio y trabajo

La Voz de Asturias>Opinión>cartas del lector

Quienes creen que el Estado no debe tutelar las políticas sociales aluden a las actitudes y capacidades personales, al sacrificio y trabajo realizado por los ciudadanos a lo largo de la vida para forjarse su porvenir, su merecido estatus social. Aun siendo indiscutible que existen seres con tendencia al parasitismo, y que ello justifica la implementación de mecanismos de control encargados de detectar y evitar semejantes comportamientos, pues las administraciones públicas deben gestionar con eficiencia y ser especialmente celosas con el destino de nuestros impuestos, hay un aspecto de la teoría del esfuerzo individual que muchos no alcanzamos a comprender: Un agricultor trabaja para obtener una cosecha que nos sirve de alimento, un encofrador construye las estructuras de hormigón de las casas o edificios donde vivimos, un dentista se encarga de nuestra salud bucal, un conductor de autobús facilita nuestros desplazamientos y, sin embargo y paradójicamente, por muy largas o arduas que puedan ser sus jornadas laborales, en toda una vida de trabajo nunca conseguirán los beneficios económicos que puede recoger un especulador financiero en un solo día. Y ello, sin saber qué aportación o contribución social tiene el desempeño de su tarea. ¿Hay alguien que puede explicarnos los porqués?