El Comercio>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
La semana pasada, conducía por la zona centro de la región y, al pasar al lado de la farmacia de un pequeño pueblo, me fijo que tanto la temperatura como la hora marcada por el panel luminoso no se correspondían con la realidad, pues señalaba once grados centígrados por encima de la indicada en el cuadro del vehículo y superaba en unas cinco horas la señalada por las agujas del reloj. O sea, la fiabilidad del instrumento de medida era nula, tal como lo puede llegar a ser la palabra de quienes mienten de manera sistemática pensando que el personal no se entera de nada y traga como un pozo sin fondo.
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
La semana pasada, conducía por la zona centro de la región y, al pasar al lado de la farmacia de un pequeño pueblo, me fijo que tanto la temperatura como la hora marcada por el panel luminoso no se correspondían con la realidad, pues señalaba once grados centígrados por encima de la indicada en el cuadro del vehículo y superaba en unas cinco horas la señalada por las agujas del reloj. O sea, la fiabilidad del instrumento de medida era nula, tal como lo puede llegar a ser la palabra de quienes mienten de manera sistemática pensando que el personal no se entera de nada y traga como un pozo sin fondo.
Los embustes
relativos a la pesca recreativa del fin de semana tienen poca trascendencia, en
cambio, los engaños consentidos, arropados y prolongados en el tiempo
procedentes de las filas de la política tienen la capacidad de minar la
confianza de la ciudadanía, dejando en entredicho la calidad del juego
democrático. Y, especialmente, cuando la mentira discurre paralela a la insatisfacción
e irritación social originada por el retroceso del bienestar general.
Una convivencia limpia
y sostenible precisa de ética, justicia
y empatía.