martes, 28 de febrero de 2017

Robots sin prejuicios

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La evolución, penetración y consolidación de la robótica en la sociedad es una realidad  insoslayable, una cuestión que deberá ser abordada desde la política sin demasiadas dilaciones, pues va a tener una incidencia de calado en materias  significativas como el empleo, donde se pronostica la pérdida de entre 1.500 y 2.000 millones de puestos de trabajo a nivel mundial en los próximos quince años. La revolución tecnológica de los robots está entre nosotros y avanza a un paso desconocido hasta el momento, generando un oleaje de incertidumbres económicas y sociales para el que no parecen haberse construido diques de contención adecuados ni diseñado unas  buenas tablas de surfeo. Aunque  es un asunto tratado principalmente desde  perspectivas ligadas a lo material y productivo,  uno se pregunta cómo impactará en cuestiones sujetas o vinculadas a la dimensión humana.  ¿Contribuirán los robots con inteligencia artificial a reducir las conductas y situaciones discriminatorias en materia de género, inclinación sexual, etnia, religión, aspecto físico u ideas? Cuesta imaginar a un robot que, alterado y dirigiendo la mirada hacia el autómata de al lado, pronuncia con énfasis “mujer tenía que ser”.