sábado, 18 de febrero de 2017

No implica renuncia

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La combinación de factores  de distinta naturaleza puede convertirse en la fuerza motriz generadora de transformaciones en la sociedad que se extienden y consolidan de manera gradual  sin ocasionar estruendos ni revuelos en las calles, como parece suceder con los matrimonios y  divorcios entre mayores de 60 años, que  experimentaron un aumento de aproximadamente el 100%  y el 126% respectivamente, durante la última década. En opinión de los expertos, estos cambios en las relaciones obedecen principalmente al incremento de la esperanza de vida, a la extensión de las relaciones sociales (menor dependencia del apoyo familiar) y a la atenuación y disminución de la religiosidad en la población. Sin embargo,  la decisión de divorciarse o casarse en etapas avanzadas de la vida puede encontrarse con desconcierto, desaprobación y  rechazo familiar, llegando a desavenencias y enfados eventuales o crónicos.  Con  la cabeza lúcida, el corazón deseoso y alas en forma, la condición de ser abuelo no implica la renuncia a emprender el vuelo, no significa que uno deba resignarse a permanecer en un entorno asfixiante, no es impedimento para emocionarse y sentir los latidos de la vida.