Quien tiene niños pequeños en casa sabe que, bajo el propósito de
velar por su integridad física, es conveniente poner protectores en los
enchufes situados a su alcance, instalar mecanismos de seguridad en las
ventanas que impidan su apertura, colocar los productos químicos en lugares
seguros y comprar juguetes aptos para su edad. En cambio, cuando uno está
crecidito y se supone ya es consciente de los riesgos que entraña tirarse a la
piscina sin agua, debería abstenerse de introducir el pene en anillos metálicos
sin considerar sus dimensiones y adoptar las instrucciones recomendadas al
respecto; salvo que se experimenten unos deseos irrefrenables de verse
rodeado y en manos de sanitarios y bomberos. Es conveniente
tener en cuenta que, mientras los aros de acero son objetos inertes que
permanecen rígidos, el miembro sexual masculino está vivo y experimenta variaciones
de tamaño. Determinados experimentos mejor hacerlos con gaseosa.