sábado, 19 de noviembre de 2016

¿Pobreza energética o integral?

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Aunque tienda a ser calificada de pobreza energética, supongo que bajo la intención de señalar los perjuicios y consecuencias derivadas de semejante circunstancia,  en realidad suele tratarse de una situación de penuria integral.   Por desgracia, la insuficiencia de recursos económicos afecta a cualquier ámbito de la vida,  la precariedad tiene la propiedad de expandirse y estar presente durante las veinticuatro horas del día. Cuando  no es posible hacer frente a la factura de la energía doméstica, lo normal es que también  existan serías dificultades para llevar una alimentación familiar adecuada, para acceder a fármacos o acudir al dentista, para costear las necesidades educativas, para acometer la reparación y sustitución de electrodomésticos básicos,  para adquirir equipos y estar conectado  a una sociedad cada día más digital, para pagar el billete del transporte urbano o para mantener a flote la autoestima y el equilibrio mental. Y aún golpeadas con mayor intensidad,  se encuentran las personas sin hogar ni  ingresos que no proceda del auxilio caritativo.