El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
La Voz de Cádiz>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
Aun siendo motivo de asombro, tristeza, desencanto e
indignación social, parece que la salida a flote del cuantioso volumen de
impudicia y precariedad ética que, en los últimos tiempos, contamina el paraje
político y deteriora las costas del bienestar general, también revela e
impulsa determinados aspectos positivos: la constatación de
que no existe un grado de atrofia institucional que incapacite el
funcionamiento de los mecanismos previstos para inspeccionar, corregir,
sanear y sancionar conductas corrosivas que actúan en la sombra, sin que
ello suponga caer en un estado de complacencia y olvido respecto a las
necesidades de llevar a cabo obras dirigidas a mejorar los métodos de
transparencia, prevención y filtrado de sustancias nocivas; la
extensión y el refuerzo de una conciencia ciudadana que parecía estar bastante
confiada y distraída en los parques de atracciones sociales diseñados al
efecto; o la decisión popular de redistribuir el voto estableciendo una mayor
competencia política que se supone y espera contribuya al progreso del
país en materias de peso como pueden ser la honradez y la calidad de vida de la
población. Indecencia y desigualdad, cuestiones que favorecen la exclusión y
debilitan los lazos de la convivencia y el compromiso social.