domingo, 28 de febrero de 2016

Impermeabilización social

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La radio hace compañía, estimula la risa, crea asombro, imprime ritmo, nutre la mente, exhala esperanza y genera lágrimas de indignación o tristeza. Escuchando el testimonio de una mujer que, hace más de trece años, sufrió el secuestro, la violación, el apuñalamiento y el posterior abandono entre la maleza pensando que estaba muerta, me vino a la cabeza el gesto que tuvo el cantante Alejandro Sanz durante un concierto ofrecido en México, interrumpiendo la actuación para reprobar la conducta de un hombre que maltrataba a una mujer. Y es que, según lo manifestado en las ondas por la víctima que sobrevivió a la agresión referida anteriormente, además de las secuelas psicológicas y físicas padecidas desde entonces, aún siente las punzadas causadas por la expresión del magistrado (en referencia al violador) que  atendió y se hizo cargo de su denuncia: <> Aunque el avance no alcanza  la velocidad y profundidad deseada,  parece que el tratamiento de impermeabilización  social aplicado ante la copiosa y tradicional lluvia de atropellos y comportamientos machistas va arrojando resultados satisfactorios.