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Hace poco escuché decir en la radio a un representante de
los notarios que, debido a la
información manejada con motivo del desempeño de su profesión, podría decirse
que son testigos directos o espectadores de primera fila de los cambios
sociales iniciados en diversos ámbitos. Y según lo dicho días atrás por un
profesional perteneciente al gremio conocido popularmente como “hombres del
tiempo”, parece que la información solicitada de manera personal por la población en referencia
al pronóstico meteorológico, también ofrece datos respecto a ciertos fenómenos
o tendencias de la sociedad. Si hasta no hace mucho tiempo, las preguntas más
numerosas se concentraban en conocer qué tiempo haría en ciertos lugares del
territorio nacional donde se iba a celebrar una boda, bautizo, comunión o
reunión familiar, en estos momentos parecen ir dirigidas a saber cómo estarán las condiciones
meteorológicas en determinadas regiones o ciudades extranjeras, pues son cada
vez más los familiares que se desplazan a otros países para estar con seres
queridos que han emigrado durante los últimos años. Y, a mayor cantidad de jóvenes obligados a cruzar la
frontera, menor volumen de casamientos,
nacimientos y potencial autóctono.