miércoles, 7 de octubre de 2015

Improbable

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“El que venga detrás que se las arregle”, parece ser el poso de buena parte de nuestras conductas, una cuestión con presencia en ámbitos como el laboral, el político, el económico y el medioambiental. El rastro es apreciable en, por ejemplo, los trabajos llevados a cabo sin planificar ni coordinar adecuadamente y ejecutados de mala manera, sin tener en cuenta las dificultades y los gastos posteriores que se ocasionan; las decisiones políticas cuyo principal objetivo es el autobombo y el interés partidista, haciendo caso omiso del despilfarro y el agujero causado en las arcas públicas; los engaños y fraudes industriales en materia de emisiones contaminantes, como el salido recientemente a la luz en el sector del automóvil. El próximo diciembre, París acogerá la Cumbre sobre el Cambio Climático, una nueva reunión internacional cargada de buenas intenciones de la que, lamentablemente, es improbable que salga la solución al grave conflicto existente entre la humanidad y la naturaleza. ¿Lograr un entorno mundial más limpio y equilibrado en un mundo presidido por la codicia, el egoísmo y el consumo desmedido? ¿Cambiar el exterior sin modificar el interior?