domingo, 19 de abril de 2015

Robots con carta blanca

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Aun siendo consciente de la ligereza, rapidez, inequidad y desproporción  con la que se utilizan las armas, la idea de que en un futuro próximo puedan ser robots y no personas quienes  decidan con plena autonomía cuándo apretar el gatillo en conflictos armados e incluso en el ejercicio de labores policiales, es una cuestión que  genera  fricciones de carácter ético y dudas en el ámbito del Derecho.  ¿Es sensato dejar la vida de las personas en manos de un autómata que interpreta, traduce y dicta sentencia de manera sumarísima? ¿En qué aspectos  contribuiría al desarrollo de sociedades más justas, seguras y humanizadas?   ¿Quién se pone al frente y asume la responsabilidad del atropello o crimen cometido por una máquina? Y subiendo peldaños en la escalera de la delegación, también podría ser un tribunal de robots quien juzgue a otro robot (con acusación y defensa en manos de androides) que, en el peor de los casos, acabaría en la chatarra. Aunque el tema pueda ser presentado como algo innovador, beneficioso y en concordancia con la evolución tecnológica, esperemos que la comunidad internacional escuche a los investigadores y expertos que se reúnen próximamente en Ginebra y acabe vetando el desarrollo global de este tipo de armamento.