miércoles, 16 de octubre de 2013

Acosadora social

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Un informe de Caritas estima que el 26,7% de los menores de 16 años se codea a diario con una mala influencia: la pobreza.   Y qué  pueden hacer unos padres sin recursos económicos para alejar a sus hijos de tan lamentable y perjudicial compañía, porque, en realidad, no es un problema que pueda resolverse a través del diálogo familiar ni  de la intervención de Supernany o el Hermano Mayor.  Y, lo perverso del tema, es que la precariedad no es una amistad simpática y entretenida elegida por los niños ni consentida por los progenitores, sino una acosadora social inexorable que actúa con plena libertad y a cara descubierta, sin temor a sanciones, imputaciones y condenas de las administraciones. Puede decirse que se trata de una consecuencia natural de un sistema desnaturalizado y regentado por el desequilibrio, pues tal como se apunta la publicación de la organización, una de las bases principales sobre la que descansa la penuria colectiva es la creciente desigualdad en la distribución de los recursos, y no la escasez de los mismos. Aspecto que difícilmente podrá ser utilizado como factor de estímulo y reclamo institucional para impulsar la natalidad, que acumula una caída del 12,8% en los  últimos cuatro años.