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Si como he leído en la prensa, fuera
cierto que la mayor parte de los usuarios de banda ancha preferirían
quedarse sin pareja a verse privados de la conexión a
Internet, ¿no sería para hacérselo mirar? Da vértigo pensar
en una sociedad que conceda mayor valor a un medio o herramienta
que a las relaciones sentimentales y afectivas. Sin embargo,
resulta que este potente medio de información y comunicación es cada vez más
utilizado a la hora de combatir la soledad y buscar relaciones
amorosas, incrementándose de manera considerable el número de
personas que contraen matrimonio o compromisos de carácter estable tras
establecer contacto a través de la red.
Sin restar importancia a las múltiples
técnicas o métodos empleados a lo largo del tiempo para comunicarse, recorrer
caminos y acortar distancias (paloma mensajera, carruaje, bicicleta, tren,
telégrafo, avioneta, coche u ordenador portátil), lo esencial es la
energía sostenible y renovable que alimenta, impulsa e ilumina al ser humano
desde las cavernas: el amor, manifestado a través del calor de una
mirada, un beso, una sonrisa o un abrazo.
