Un vecino me cuenta que, días
atrás, una mujer que pescaba a caña en una escollera a la cual acuden con
regularidad personas aficionadas a tal práctica, ante la presencia
de dos inmigrantes que habían sacado un par de piezas en un breve espacio de
tiempo, vomitó un comentario corrosivo y con intenso olor a insensibilidad y
despiste: .
En el próximo año, se estima que
España pagará alrededor de 38.000 millones de euros por los intereses de la
deuda pública, cifra superior a la nómina de los funcionarios y empleados
públicos, dinero detraído de la sanidad, educación o ayudas sociales para, en
gran medida, satisfacer la entrega y el esfuerzo realizado para llevar a
buen término las prácticas y jugadas especulativas que devoran con fruición el
presente y futuro de millones de personas.
Mientras las víctimas se
acusan y demonizan entre sí en el fango de las calles, los depredadores
observan con comodidad y deleite el espectáculo.