El Mercurio digital>Opinión>cartas del lector
“De
ésta saldremos”, es un pronóstico muy repetido desde distintas instancias al
referirse a la crisis padecida, un voto de fe que se volatiliza al entrar en
contacto con la realidad diaria, un soplo de confianza que se desvanece con el
primer informativo de la mañana.
Que
las circunstancias políticas, económicas y sociales no se prolongan de
manera indefinida en el tiempo, es algo en lo que todos estamos de
acuerdo, sin embargo, la ciudadanía necesita y desea concreción, pues las
adversidades del momento no se alivian, despachan o resuelven con mensajes
imprecisos o carentes de contenido, y menos cuando los mismos van acompañados
de medidas que ponen las cosas aún más cuesta arriba.
“De
ésta saldremos”, no es un remedio ni sirve de consuelo en las
comarcas mineras españolas, ni contribuye a disminuir la cifra de parados, ni
alivia el creciente número de familias que se ven obligadas a acudir a los
bancos de alimentos y comedores sociales, ni reduce el porcentaje de niños
abocados a vivir bajo unas condiciones de precariedad que condicionarán de
manera negativa su porvenir, ni evita el deterioro de los servicios públicos
esenciales, ni reconduce las desigualdades sociales, ni aporta las dosis de
ética y honestidad necesarias para obtener la impermeabilización de un sistema
poroso a la codicia y desvergüenza.
Hay
interrogantes que contribuyen a generar desasosiego e inseguridad en la
población, cuestiones sin respuesta que frenan el despegue de la
esperanza y el optimismo, dudas que siembran de obstáculos el camino que lleva
a la reactivación de la economía: ¿hasta cuándo seguiremos viajando en el túnel
del tiempo y en qué estado saldremos del mismo?, ¿cuáles son los planes
trazados al objeto de restaurar los daños causados en el estado del bienestar?,
¿van a adoptarse las acciones recomendadas por los profesionales de la Agencia
Tributaria para prevenir y mitigar el considerable volumen de fraude fiscal
existente en el país?, ¿qué actuaciones van a ser puestas en marcha para
limpiar, desinfectar y tonificar el sistema democrático?
Más
honradez y objetivos claros, y menos indecencias y ambigüedades.