sábado, 7 de enero de 2017

Respuestas

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No tienen por qué aprobarlo, comprenderlo, compartirlo o vivirlo con alegría, pues significa un revés para sus expectativas,  algo para lo que no estaban  preparados, una cuestión percibida como una salida brusca y caprichosa del carril de circulación principal que conduce directamente a la cuneta del estigma social, pero de ahí a mantener una actitud activa de desprecio y acoso hacia una hija cuyas inclinaciones sexuales no responden a lo convencional y esperado, hay una distancia considerable. Si ya es  difícil convivir con  la discriminación y el rechazo de la calle, qué decir cuando los componentes principales de la atmósfera familiar son la vejación y el hostigamiento. Respuestas que no sólo no evitan ni cambian la homosexualidad de los hijos, sino que siembran infelicidad, estimulan el proceso de  putrefacción de los sentimientos y favorecen el alejamiento.