martes, 27 de diciembre de 2016

Discursos sin acompañamiento

La Voz de Galicia>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector


Segundos antes de escuchar en los informativos las opiniones desfavorables y escépticas de distintos actores en torno a la propuesta de finalizar la jornada laboral a las seis de la tarde, los micrófonos de la radio recogían las quejas y el malestar existente entre profesionales de la sanidad pública madrileña por la carga de trabajo y las condiciones de precariedad con la que tienen que lidiar día a día. Una llamada de teléfono inesperada a las ocho de la mañana, una oferta de trabajo de una hora de duración a varios kilómetros del lugar de residencia para comenzar a las once de la mañana de ese mismo día y, en el caso de ser rechazada, una penalización que puede significar la salida de la bolsa de trabajo durante varios meses. No parece un método apropiado para abrir el camino que conduzca hacia un clima de conciliación laboral y familiar en nuestro país. Y, como decía un pequeño empresario, qué ocurre con esa competencia desleal nutrida en buena medida a base cometer fraudes de ley en la contratación, donde no se respeta la duración de la jornada ni se abonan las horas extraordinarias. Los discursos sin movimiento y acompañamiento práctico son señales que indican direcciones inalcanzables.