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El último
barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) arroja datos sobre
el hábito de lectura de los españoles que no invitan ni dan lugar a la
celebración popular en plazas y fuentes públicas. Atendiendo a los
resultados de informes llevados a cabo por organismos como la UNESCO
(Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura) y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)
acerca de la calidad de los sistemas educativos, del tiempo dedicado por los
ciudadanos a leer y del nivel de comprensión de lo leído, puede apreciarse que
los países situados en la parte alta de las estadísticas (Finlandia, Corea del
Sur, Canadá, Japón, Suecia, Nueva Zelanda, Australia, Alemania y Reino Unido)
tienen un nivel de desarrollo social, político y económico destacable a escala
mundial. La anemia intelectual de la población debería ser motivo de una
mayor preocupación institucional, pues tal situación no resulta idónea para
estimular la prosperidad nacional y facilita la fluidez de la deshonestidad.