sábado, 16 de enero de 2016

La sociedad cambia y se mueve

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Por una parte, se manifiesta preocupación  ante un modelo de organización social donde abundan los obstáculos en materia de conciliación familiar,  situando el foco en, por ejemplo,  la repercusión que ello puede tener  en la educación, las emociones y la conducta de los menores;  o en la presión, el esfuerzo y la responsabilidad que, para muchos abuelos,  supone el hacerse cargo de los nietos pequeños con regularidad y durante largos periodos del día.  Por otra,  algo tan  natural (aunque no corriente) como  que una diputada acuda al Congreso con su bebé,  concentra la atención mediática y causa gran controversia pública. Otra cuestión que, por lo visto, ha generado cierto desconcierto, es la alteración de  armonía estética predominante en el hemiciclo durante décadas; algo que suele suceder en los saltos generacionales. ¡Cuántas discusiones entre padres e hijos debido a la indumentaria y apariencia! La sociedad se mueve y cambia desde hace siglos y, cause mayor o menor fascinación, continuará en movimiento. Lo que causa verdadera confusión y contrariedad en la ciudadanía, es que la deshonestidad y la prostitución ética puedan ocupar los asientos destinados a la honradez y la belleza interna.