El Correo>Opinión>cartas del lector
Hace unos días escuché en la radio a una española que, empujada por
una situación económica y laboral adversa y poco prometedora, había
tomado el camino de la emigración hacia Finlandia hace un par de años. Y aunque
como es normal, confesaba tener sentimientos de añoranza por determinadas
cuestiones que no pueden llevarse en las maletas, también declaraba
encontrarse satisfecha y gratamente sorprendida ante aspectos sociales como la
atención dispensada en el colegio a su niño y la reacción mostrada por su jefa
cuando decidió comunicarle que estaba embarazada de cinco meses. Del
miedo contenido ante la respuesta y las consecuencias que pudieran
desencadenarse tras desvelar su estado, pasó a un estado de asombro y de
tranquilidad, pues lejos de representar un inconveniente y transformarse en
drama laboral, parece que dio lugar a efusivas manifestaciones de alegría
y muestras sinceras de cariño y sensibilidad. En aquellas latitudes no
perciben a las mujeres en edad de tener hijos como un posible problema. Por lo
visto, en ciertas materias existe más distancia mental entre Finlandia y
España que kilométrica.