¿Regular o prohibir el ejercicio de la prostitución voluntaria? (Magazine del 26 de junio del 2011) Esta cuestión da para cubrir temporalmente espacio de información y opinión en las páginas de los periódicos, para reportajes y debates en programas de televisión. En definitiva, un tema que ofrece mucho juego e y en el que nadie queda retratado o identificado con la vileza, pues independientemente del recorrido de las consideraciones expresadas todas convergen en un punto común: la inequívoca alianza con la víctima y la dignidad. Pero, nos guste más o menos, la prostitución sólo se verá reducida con el desarrollo de políticas cuyo objetivo sea la disminución de la pobreza y, aún así, siempre habrá personas dispuestas a ofrecer servicios sexuales para obtener más dinero. Si lo de extender el estado de bienestar parece una quimera en estos momentos y prohibir, esconder o desplazar no ha servido para solucionar este viejo problema, ¿no será conveniente implementar medidas dirigidas a paliar la dureza, la discriminación y la inseguridad de las personas atrapadas bajo circunstancias tan adversas?