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El Correo>Opinión>cartas del lector(26/12/10)
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No parece ser necesario tener dotes adivinatorias para pronosticar que, desgraciada e indefectiblemente, los problemas sociales derivados de la crisis económica irán acentuándose conforme a la dureza y a la duración de la misma. La dificultad de acceso a los recursos que cubren o satisfacen las necesidades básicas aumenta la probabilidad de acabar sucumbiendo ante la llamada de la desesperanza, de la impasibilidad o de los instintos primarios, ya que la amenaza de quedar sin techo y con el estómago vacío es un poderoso enemigo de la razón, la ética y las buenas formas.
Aunque indeseable, la fórmula es sencilla: a mayor pobreza y desigualdad social, más inseguridad ciudadana, alcoholismo, desestructuración familiar... Si se buscan ejemplos, basta con contemplar el escenario mundial.
