Como se puso de manifiesto en la cumbre sobre el cambio climático que tuvo lugar en la ciudad de Copenhague en el 2009, la profunda desigualdad en el nivel de desarrollo y calidad de vida que existe entre naciones o regiones es un obstáculo que genera serias dificultades para consensuar políticas globales dirigidas a disminuir progresivamente el impacto de la actividad humana sobre el medio ambiente.
Sin embargo, ello no debe sembrar el desánimo ni ser adoptado como disculpa para detener el generador de buenas ideas e intenciones, y así parece haber sido entendido en nuestro país, donde comienzan a formularse alternativas cargadas de ingenio: como el consumo desmesurado de energía, materias primas y productos es incompatible con un modelo de sociedad sostenible, bajando los salarios de los trabajadores se garantiza mayor mesura; para que los jóvenes tomen conciencia del significado de la cultura del esfuerzo, un contrato sin indemnización ni cobertura por desempleo.
Vamos, que todo es cuestión de innovación y voluntad, pero a la masa le cuesta entenderlo.
Sin embargo, ello no debe sembrar el desánimo ni ser adoptado como disculpa para detener el generador de buenas ideas e intenciones, y así parece haber sido entendido en nuestro país, donde comienzan a formularse alternativas cargadas de ingenio: como el consumo desmesurado de energía, materias primas y productos es incompatible con un modelo de sociedad sostenible, bajando los salarios de los trabajadores se garantiza mayor mesura; para que los jóvenes tomen conciencia del significado de la cultura del esfuerzo, un contrato sin indemnización ni cobertura por desempleo.
Vamos, que todo es cuestión de innovación y voluntad, pero a la masa le cuesta entenderlo.
