La invasión de Irak en 2003 se avaló y justificó bajo el pretexto principal de eliminar un peligro inminente que representaba una amenazaba mundial: existía un Gobierno ambicioso y hostil en posesión de diversas y numerosas armas de destrucción masiva.El resultado de la búsqueda de la gran amenaza y el destino de los máximos dirigentes del país ya es conocido, pero ¿qué ha ocurrido con la calidad de vida de los iraquíes? Desde el derrocamiento del antiguo régimen, decenas de ciudadanos son heridos, mutilados y muertos a diario en acciones violentas; la situación humanitaria de millones de habitantes es grave; miles de mujeres han sido violadas y sus derechos se han visto reducidos.En definitiva, la aventura de Las Azores representa un craso error que arroja una dolorosa factura de la que se hace cargo su población.
