Quienes abogan y prescriben que es necesaria e imprescindible la moderación o congelación salarial y el abaratamiento del despido de los trabajadores para impulsar la competitividad de las empresas y la creación de empleo consideran natural que, por ejemplo, se indemnice con 11 millones de euros a un alto ejecutivo por el trabajo realizado durante dos años, es decir, el sueldo medio español de unos 500 empleados; o que un consejero cobre en un semestre el equivalente al salario anual de 290 trabajadores. Y esto sin participación ni presión sindical de ningún tipo, o sea, fruto de un amistoso y particular acuerdo. Lógicamente, equiparar las necesidades de consumo de una familia con las de varios cientos sería falaz y grotesco. Por ello, ¿no contribuiría más al estímulo de la actividad productiva y económica del País que la equidad y el sentido común hiciesen acto de presencia en el sistema retributivo de las empresas? Y, comparando la dedicación, repercusión y responsabilidad entre cargos públicos y privados, ¿qué retribución tendría que tener el Presidente del Gobierno aplicando la fórmula salarial de los consejos administrativos?
