martes, 4 de agosto de 2009

El trabajo

La Vanguardia>>Opinión>>cartas del lector
Cuántas veces hemos oído frases y comentarios afirmando que el trabajo dignifica, aporta independencia, contribuye al desarrollo personal ... Y, sin embargo, hay aspectos o elementos que abren brechas para la reflexión, que permiten poner en duda una cuestión aparentemente resuelta o zanjada: si el tajo es un castigo divino impuesto por sucumbir a las tentaciones y comer el fruto prohibido del Edén, por el camino alguien subvirtió inocentemente el concepto y significado de pena o sanción. Igualmente, resulta sospechoso que faraones, emperadores y otras elevadas figuras se privaran de semejante privilegio mientras millones de humildes esclavos eran obligados a ser felices sin descanso; extraordinario comportamiento de sacrificio y generosidad. Tampoco es sinónimo de razonable ni coherente que los estados, preocupados por nuestra salud y bienestar, promuevan o autoricen juegos y premios como, por ejemplo, loterías, quinielas, sueldos para toda la vida... en los que un número de ciudadanos son agraciados con el ocio, ese depresivo, subyugante y tóxico veneno. Entonces, ¿el trabajo estará vinculado a la dignidad y felicidad, o a la inaplazable necesidad de ingeniárselas para comer todos los días?