sábado, 13 de junio de 2009

Miserable

Lne.es » Cartas de los lectores

Para mirarle a la cara y ofrecerle un trabajo sin contrato no hubo rubor ni problema alguno de conciencia, para recoger las ganancias generadas pon su dedicación y esfuerzo tampoco existieron dilemas y, sin embargo, cuando el joven trabajador sufrió un accidente que dejó su brazo en la amasadora de pan del empresario, éste le agradeció los servicios prestados arrojando el brazo a un contenedor y abandonándole medio desangrado a unos 50 metros del hospital San Francisco de Borja de Gandia. ¡Menuda desgracia!, pensará este sujeto, por culpa de un inmigrante ahora estoy con la producción parada y con el agua al cuello.