jueves, 18 de junio de 2009

Desenfocados

Lne.es » Cartas de los lectores

En la tarde del sábado suena el timbre de la vivienda y, tras abrir la puerta, dos chicas se presentan como colaboradoras de una ONG que está volcada en ayudar a niños sumidos en la pobreza, sometidos a la prostitución, o sea, víctimas de la indecencia. Entre tanto, mi atención visual es reclamada por la fotografía de un famoso portero de fútbol que cubre la superficie de una carpeta que, precisamente, desde un principio es mostrada y resaltada como aval para sumar voluntades. Tras expresar mi opinión acerca de la dudosa idoneidad e incluso contradicción que supone ofrecer como reclamo publicitario para semejante causa, la imagen de personas remuneradas con salarios millonarios, obtuve una rápida y original pregunta-respuesta: ¿rechazaría usted sus sueldos? Es así y hay que aceptarlo. La verdad, me quedé perplejo. Si jóvenes sensibles y participativos asumen con naturalidad la inmoralidad del sistema y piensan que la solución está en la caridad, ¿no existe un grave problema? ¿Se ha inoculado en la juventud la toxina que anula el razonamiento?