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El ciudadano Brian es convocado por la autoridad competente al objeto
de presidir una de las mesas electorales instaladas en
Moreno, ciudad donde reside localizada en
la provincia de Buenos Aires. Durante el transcurso de la jornada
electoral para elegir al presidente argentino, alguien le saca una foto y la
vuelca en una red social bajo un mensaje que le tilda de “chorizo” advirtiendo
que se ponga cuidado con el teléfono móvil en el momento de facilitar la
documentación y depositar el voto en la urna. Al parecer, la gorra de visera y
la ropa deportiva que vestía fueron indicios suficientes para estigmatizarle,
los prejuicios actuaron como un resorte difamando públicamente a un joven del
que no se sabía nada.
Y sí, Brian vive en una zona muy humilde, con catorce años deja los
estudios porque la precaria situación familiar así lo requería y, desde
entonces, sobrevive en un entorno con escasas oportunidades sin apropiarse de
lo ajeno, con poca ropa en el armario pero, probablemente, con más calidad humana
que la mostrada por quienes se dedican a vilipendiar desde el desconocimiento y
la falsa superioridad moral.