lunes, 4 de diciembre de 2017

Hipocresía vocacional

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Según escuché en un programa de radio, un tercio de los españoles echa mano de la excusa para sortear las cenas de Navidad, y una quinta parte estaría incluso dispuesta a soltar unos cuantos euros con tal de no sentarse a la mesa con  jefes y compañeros de trabajo. ¿Será diciembre el mes estrella de la disculpa y la simulación?  En realidad, ¿es posible atravesar las diferentes etapas de la vida sin llegar a poner los pies en el  escenario del paripé? Sin embargo, en ciertos sujetos parece ser algo vocacional, dotados de capacidad suficiente para desempeñar distintos papeles durante horas y horas sin decaer, manteniendo el ritmo de actuación con soltura y fervor, lo que se dice unos profesionales como la copa de un pino  que, por justicia social, deberían ser distinguidos en acto público con la prestigiosa medalla de la hipocresía. Por extraño que parezca, algunos de estos artistas vuelven a ser avalados y premiados socialmente con puestos de responsabilidad política e institucional.