lunes, 21 de agosto de 2017

Hongos nocivos

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Con el nivel de conocimiento científico y técnico alcanzado por la especie humana en la actualidad,  hay asuntos que carecen de resquicios para el paso de la controversia. Nadie cuestiona que la dureza del diamante es mayor que la del calcio, no hay vacilaciones acerca de si el planeta tierra es redondo o cuadrado, tampoco hay dudas en que la velocidad de la luz excede con creces a la del sonido, ni se pone en entredicho que el poder de destrucción de una bomba atómica es superior al de una flecha. En cambio, todavía existen sótanos sociales donde las entradas del aire de la evolución y civilización parecen estar prácticamente obturadas, impidiéndose con ello la renovación y ventilación de ideas que resultan perjudiciales para la salud del entendimiento, la convivencia  y la paz mundial. Y, por lo acontecido, existen más tratamientos en el mercado para eliminar el moho y la humedad de las viviendas que planes educativos globales destinados a erradicar los  hongos nocivos de la xenofobia y la supremacía racial.