viernes, 11 de julio de 2014

Un poco más de control

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Hace unos días, mi hija y esposa salieron de una tienda de ropa un tanto sorprendidas por el desbarajuste que habían visto, con prendas tiradas por el suelo de los vestuarios y depositadas en perchas y estantes de cualquier manera. Parece como si la gente enloqueciera durante las rebajas, sumida en una búsqueda frenética  y sin miramientos hacia el  trabajo ajeno.  ¿Tan difícil es volver a  colocar la ropa en el lugar del que fue cogida, facilitando así que el resto de clientes puedan observar y tener al alcance los artículos existentes? ¿Qué necesidad hay de  multiplicar el tiempo y esfuerzo dedicado por los empleados a poner las cosas en su sitio?  Hay tendencia a ser exigentes y puntillosos con la deferencia y el trato dispensado por los demás hacia uno mismo, olvidándose del peso que tiene la reciprocidad en la convivencia.  “No hagas lo que no quieres que te hagan”,  un sencillo principio poco seguido y respetado, una regla básica y esencial para limpiar y dar brillo al entorno.