El Comercio>Opinión>cartas del lector
La anciana se aproximó al chaval
que estaba al final de la fila junto a su familia y, con discreción y una
mirada de complicidad, le dice: "oye, yo quería votar al partido de los
jóvenes, pero no sé cuál es su papeleta". Él responde que también
va a votarles, se acerca a la mesa donde se encuentran las
papeletas de las distintas formaciones políticas, coge una del montoncito
solicitado y se la entrega a la señora. Con suavidad, lleva
la mano al bolso que permanece colgado del hombro, saca de su interior el sobre
que traía de casa y procede a cambiar la papeleta. "Es que estoy muy
preocupada por los jóvenes, porque no tienen trabajo, no pueden salir de casa y
hacer su vida", comenta ésta mientras arruga la papeleta
desechada. Parece ser que la juventud quiere dejar de ser y ocupar el espacio
de fondo en las presentaciones y los mítines políticos, la juventud más formada
de la historia (algo repetido con orgullo y de manera incansable) desea
protagonizar la reprogramación de un modelo de sociedad con evidentes errores,
desequilibrios y despropósitos. Tenían razón quienes pronosticaron que después
de la crisis habría numerosos cambios.