miércoles, 9 de abril de 2014

Los gusto de las hienas

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Transitar por la vida de la mano de la ignorancia y la superstición tiene sus riesgos, y así lo acredita la noticia salida en la prensa digital acerca de un  joven africano atendido en un hospital de Zambia que, tras seguir las instrucciones de un brujo al que consultó la manera de hacerse rico, ha perdido algunos dedos de los pies y los genitales tras ser devorados por una hiena. Parece ser que la receta consistía en sacrificar partes de su cuerpo. Por estas latitudes, la verdad es que la dieta, los gustos y las relaciones de las hienas son diferentes, tienen un apetito insaciable de dinero y con la inestimable colaboración y asesoramiento de ávidos hechiceros,  muerden y desgarran con voracidad la confianza, las arcas públicas y la calidad de vida de los ciudadanos. Y  no viven acosadas y escondidas por los montes, muy al contrario, algunas incluso pasean con gestos arrogantes por pueblos y ciudades, gozan de protección y generan aplausos.