viernes, 11 de noviembre de 2011

La filosofía actual

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Tras la lectura de un artículo para iniciados acerca del funcionamiento de la amenazadora y temida prima de riesgo, uno extrae la conclusión de que los objetivos e intereses de los mercados son ajenos a la calidad de vida de la ciudadanía, distantes e impasibles ante la miseria y el sufrimiento… Es decir, parece que en sus bibliotecas no hay manuales de códigos éticos ni obras que hablen de los valores humanos. Y, en el caso de no haber entendido nada de lo leído, ¿cómo comprender que los intereses cobrados por los inversores sean más gravosos para los países que más dificultades económicas atraviesan? Desde la óptica de un sistema político y económico basado en el progreso y desarrollo del bienestar social en el mundo, ¿es acertado ponérselo más difícil a quienes menos tienen? Llevado al terreno del ciudadano, es algo así como poner los créditos más caros a las familias y empresas con menor solvencia o negar las becas a los estudiantes con menos recursos. Si para alcanzar metas políticas no es válido el principio de que el fin justifica los medios, ¿es aceptable para obtener beneficios económicos? Con la filosofía actual de los mercados, ¿es factible que disminuyan las enormes desigualdades sociales? ¿Existe voluntad e interés en ello?