lunes, 26 de octubre de 2009

Penalizar la fidelidad

La Vanguardia>>carta del lector

Durante años la fidelidad ha sido considerada una virtud, un valor a cultivar del que podías obtener una cuota de satisfacción personal y, como no, cierto grado de compensación o correspondencia social. Pero los tiempos han cambiado, y el campo gravitatorio creado por el beneficio o interés económico a corto plazo está desplazando o despojando de valor a los comportamientos ajenos al mismo.
Ahora si no quieres ser el tonto de turno hay que elaborar una lista de los contratos establecidos con las compañías de seguros, telefonía, energía, etc., y estar atento y dispuesto a establecer periódicamente el regateo pertinente para beneficiarse de las condiciones más ventajosas que lanzan para captar nuevos clientes, pues la confianza y la lealtad se penaliza pagando cuotas más elevadas, recibiendo menos beneficios o prestación de servicios. ¿Y qué ocurre con la relación laboral, dónde quedó aquella posibilidad de comenzar a trabajar en una empresa y jubilarse en la misma?