jueves, 19 de febrero de 2009

Marta del Castillo


Probablemente y una vez más, otra chica, Marta del Castillo, ha sido asesinada por un novio que no acepta la decisión de dar por finalizada una relación que su pareja ya no desea continuar. Hasta hace no mucho tiempo, en este país la mujer era educada para ser obediente, solícita, abnegada o resignada ante las debilidades, abusos y deseos del hombre, pues el solemne compromiso tomado en los altares de "hasta que la muerte nos separe" era tomado al pie de la letra sin contemplar prácticamente excepción alguna. Y claro, ante la inculcada e indiscutible teoría de la supremacía natural del sexo masculino y semejantes esquemas sociales, se dio origen a un sentimiento de posesión y propiedad de la mujer que, desgraciadamente, es fuente de la mayor parte de la violencia de género materializada en la actualidad. Pero, que algunos chavales nacidos en democracia y educados bajo los patrones de la justicia, la igualdad, la tolerancia o el respeto reproduzcan comportamientos tan destructivos y deplorables, es muy preocupante y motivo de reflexión. ¿Tendrán vinculación con la cultura de la satisfacción inmediata y sin esfuerzo de los caprichos y deseos, es decir, incapacidad de frustración ante sus anhelos? ¿Estarán confundidos al pensar que pueden ser propietarios de una persona como si de un móvil se tratara? ¿Se ha desvirtuado el ser frente al tener?