domingo, 27 de septiembre de 2020

Derechos y deberes

La Nueva España>Opinión>cartas del lector
El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
El Correo>Opinión>cartas del lector
La Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
La Voz de Cádiz>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector

La vendedora que atendía la caja abierta de la tienda se dirigió hasta en tres ocasiones a la mujer situada al principio de la cola para que avanzara hacia la misma y así poder efectuar el cobro de la compra, pero esta permanecía absorta en el teléfono móvil ajena a cualquier otra cuestión. Ante semejante distracción, y teniendo presente que había unas cuantas personas esperando detrás de esta clienta, la empleada invitó a pasar al siguiente de la cola, motivo que provocó la vuelta repentina a la realidad de quien hasta entonces estaba a lo suyo.  Y como si hubiera sido víctima de una discriminación o falta de profesionalidad inaceptable, manifiesta su indignación recriminando con cierta insistencia la iniciativa de la trabajadora. ¿Es razonable pasar de los demás y exigir que los demás renuncien a sus derechos para satisfacer nuestros particulares intereses?