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Habían quedado en pasar el sábado juntos, y los 14 jóvenes (hombres y mujeres) con edades comprendidas entre los 20 y 24 años fueron llegando al área recreativa próxima a la playa más o menos a la hora acordada y según lo establecido; o sea, con bebida, comida y combustible para la parrilla. El tiempo discurre y llega el momento de encender el fuego, instante en el que el grupo se percata de la existencia de un inconveniente que no había sido contemplado: nadie sabe cómo iniciar la combustión del carbón vegetal comprado para preparar la carne en la parrilla.
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Habían quedado en pasar el sábado juntos, y los 14 jóvenes (hombres y mujeres) con edades comprendidas entre los 20 y 24 años fueron llegando al área recreativa próxima a la playa más o menos a la hora acordada y según lo establecido; o sea, con bebida, comida y combustible para la parrilla. El tiempo discurre y llega el momento de encender el fuego, instante en el que el grupo se percata de la existencia de un inconveniente que no había sido contemplado: nadie sabe cómo iniciar la combustión del carbón vegetal comprado para preparar la carne en la parrilla.
Tras distintos intentos sin éxito, un hombre que peina canas observa el problema y, acercándose al grupo, les enseña y ayuda a iniciar el fuego que, posteriormente, será mantenido por un par de chicos sin mayores dificultades. Resulta paradójico que personas de la generación más formada de España se vean perdidas a la hora de desarrollar una tarea elemental practicada desde la época de las cavernas.
