lunes, 23 de octubre de 2017

Política en mayusculas

La Voz de Galicia>Opinión>cartas del lector
La Verdad>Opinión>cartas del lector
La Nueva España>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
El País>Opinión>cartas del lector
El Diario Montañés>Opinión>cartas del lector
Hoy>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector

Tras leer en la prensa las conclusiones del informe  elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde se dibuja un escenario de cara al futuro con mayores desigualdades y dificultades sociales, cómo se supone que  hay que sentirse: ¿satisfecho, triste, decepcionado, escandalizado, indiferente? Los agricultores cultivan alimentos,  los camioneros transportan mercancías, los carpinteros hacen muebles, los pescadores llevan los productos del mar a la tierra, los dentistas se ocupan de la prevención y el tratamiento de los problemas bucodentales, los científicos trabajan en la ampliación y mejora de la escalera del progreso, los docentes enseñan y transmiten conocimientos, los periodistas informan de lo acontecido y los políticos tienen como objetivo principal el desarrollo de las condiciones de vida de la ciudadanía. Estando bastante claro el papel participativo de cada cual en la sociedad, y a tenor de los grises pronósticos puestos sobre la mesa de juego, ¿quién estaría desempeñando sus competencias con mayor desacierto e ineficiencia? Si la política en mayúsculas se caracteriza por el diseño y tendido de puentes que conduzcan a un mayor bienestar general, el reto está claro: evitar un horizonte de declive político, económico y social sostenido.