viernes, 8 de julio de 2016

Restar importancia

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Cuando una asociación o grupo de profesionales de la salud lleva a cabo la divulgación de un estudio que, pongamos el caso, da cuenta de las incidencias sanitarias generadas por la ingesta abusiva de alcohol,  la obesidad o la adicción a determinados estupefacientes en la adolescencia, no suele darse un debate público en el que se ponga en duda la información facilitada ni la intención de los expertos. En cambio, no parece suceder  lo mismo con los informes hechos por organizaciones como Unicef, Cáritas o Intermon Oxfam en torno a la extensión y profundidad de la desigualdad, precariedad y exclusión social, siendo estos objetos de controversia y  cuestionados tanto en su contenido como en el objeto perseguido. Restar importancia o aplicar suavizantes a las cifras de pobreza infantil en nuestro país aludiendo a la miseria extrema existente en otras naciones o continentes, ¿es un buen punto de partida para ofrecer respuestas y soluciones al problema? Con los casos de robo, derroche y fraude de  dinero público descubiertos en los últimos años, sería tremendo ver a niños muriendo de hambre en nuestros pueblos y ciudades. Lo justo y ético en un mundo de abundancia  es que no haya niños desnutridos, sin libros o sin  gafas.