El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
Una persona con micrófono en mano
se acerca al abuelo, a la madre, a la hermana o a cualquier otro miembro
de una familia que ha sido víctima de una tragedia y, tras identificarse como
trabajador o colaborador de un medio de comunicación, formula una curiosa e
interesante pregunta: ¿cómo se encuentra? Pero vamos a ver, qué
respuesta se espera de alguien que ha perdido hace unas horas a uno
o más seres queridos en un suceso terrible e impactante. Algo como por
ejemplo: “Pues mire usted, estoy que lo vierto, de hecho, acabo de
reservar mesa para ocho en el mejor restaurante de la zona. Ah, y después de la
cena a tomar unas copas y desinhibirse, es lo suyo en unos momentos como estos,
¿no
cree?”
Y el caso es que, lejos de ser una anécdota, la historia se repite más que la
morcilla. Antes de plantear ciertas preguntas al personal, ¿no sería
conveniente hacerlas pasar por el tamiz de la delicadeza y el sentido común?